- Ilusión de control: consiste en sobreestimar nuestra propia capacidad para influir en algo que realmente no controlamos. Pensemos, ¿cuántas veces no has hablado con tu broker o gestor haciendo galantería de conocer enormemente una empresa o producto? Ahora, párate a pensar, ¿realmente la conoces? ¿Tienes la suficiente información para saber si esta se va a comportar de una u otra forma en el mercado?
Esta falsa ilusión nos hace que la fastidiemos mucho más de lo que ya el mercado, por sí solo, nos haría. Aquí es donde entran «los calentones» de abrir operaciones a lo loco o «los enfriones» que nos juega de forma inversa el miedo en una operación que ya teníamos abierta.
- Sesgo de autoridad: este sesgo es maravilloso, porque puede divergir tanto en función de tus gustos, características, experiencias,… No se trata sino de nuestra tendencia a sobrevalorar ciertas opiniones o juicios porque son expuestos por determinadas personas, que se libran de nuestro cuestionamiento simplemente por ser quienes son.
¿Por qué si no contratan los brokers al «analista/trader del momento»? Porque lo que él diga o haga va a afectar sobremanera en el comportamiento de la gente. Aunque el «analista o trader del momento» lleve un 90% de operaciones falladas cada vez que habla, o solo viva del pago fijo que le da ese broker por dar una charla guay mientras él sigue teniendo su cuenta demo.
Si eres un agente de ventas (o account manager, o sales agent, o como quieras llamarlo) entenderás perfectamente esto: ¿cuántas veces al buscar que un cliente cambie de broker no te has encontrado con “la estrella de turno” como argumento para no dejar el broker en el que se encuentra actualmente? “Es que, claro, el Señor o Señora “x” en su análisis ha dicho que cierto producto va a subir/bajar…”. Y aunque el producto haga lo contrario seguirán defendiéndolo, porque claro, «todo el mundo se puede equivocar».
Sin entrar en las verdaderas capacidades de cada uno de ellos, lo que queremos hacer notar aquí es la importancia de tener nuestro propio juicio y cuanto menos sesgado, mejor. Si nos gusta escuchar al «Señor X» hablar sobre acciones americanas, escuchemos también a la «Señora Y» aunque ofrezca análisis contrarios. Solo así podremos tener nuestra opinión un poco más limpia.
Si esto mismo lo aplicásemos a la política seríamos menos asnos y más consecuentes con nuestros actos y los de nuestros dirigentes.
- Anclaje: uno de los sesgos por excelencia, la tendencia a valorar más la información obtenida previamente que otra posterior que la contradiga. Aquí nos vais a disculpar, pero por deformación profesional, no podemos sino ejemplificarlo con la tendencia a preferir la regulación de Reino Unido (FCA) sobre la regulación de Chipre (CySEC).
En cierto modo, la gran culpa de esto la tienen los foros y posts que han inundado las redes cuando se dio el boom de los brokers de derivados. Dejando a un lado todos los argumentos y factores externos que juegan aquí (Reino Unido siempre ha sido más cool que Chipre; Chipre es visto como un paraíso fiscal; etc.), lo importante es que Chipre, como país europeo, cuenta con la supervisión de ESMA (Autoridad de los Mercados en Europa) y que, aun con un fondo de garantía menor al de Reino Unido, no se requiere acudir a tal mecanismo al existir ya de forma genérica la segregación de cuentas en los brokers.
Además, si bien es cierto que se han visto casos de mala praxis en brokers de Chipre, también ha ocurrido con brokers de Reino Unido. ¿Por qué lo infravaloramos entonces así? Reiteramos, soslayando la parte menos importante (moda o propensión a fardar), lo vital es cómo influye la primera información que recibimos, tendiendo a menospreciar toda la información ulterior que nos haga mella al argumentario inicial.
En suma, todas estas anomalías no hacen sino hacernos más incapaces de tomar la mejor decisión (desde el punto de vista de la Economía Neoclásica y con preferencias definidas). Lo único que se pretende en esta batería de posts sobre Economía Conductual es que conozcamos estas limitaciones para poder luchar mejor contra ellas y que, tomemos la decisión que tomemos, esté lo menos sesgada posible.
No olvidemos que solo somos Homo Sapiens, los Homo Economicus solo están en los libros de texto.
2 comentarios
Muy buen artículo. Lamentablemente muchas de las decisiones de hoy en día, tanto económicas, sociales o políticas, están impregnadas de estos sesgos cognitivos, sobre todo destaco el sesgo de anclaje que es muy común.
Es vital y esencial conocer e identificar estos sesgos que como en el nivel bursátil como en general, no permiten tomar decisiones objetivas y acertadas.
Hola, Javier! Desde luego, al final son cosas que vivimos todos los días pero que como no nos las cuentan no paramos a analizarlo con vista de águila.
Y aunque los conozcamos y estudiemos no podemos evitar caer en ellos! Pero bueno, al menos es divertido estudiarlos y ver cómo lo relacionas contigo mismo 😅