Lo reconozco, soy rara.
Por muchas cosas, pero entre ellas: porque no me gusta el concepto “vacaciones”. No lo entiendo.
¿Qué son las vacaciones?
No entiendo la idea de algunos: “Todo el año amargado en el trabajo para poder disfrutar de cinco días, una semana o un mes a mi aire”. Y menos si ese aire es no hacer nada.
Me planteo muchas dudas aquí:
– ¿Por qué no trabajar en algo que no te suponga estar amargado todos los días hasta esas vacaciones?
– ¿Por qué no tratar de mejorar tu vida para disfrutar de más días libres si ese es tu sueño?
– ¿Por qué algunos ven las vacaciones como sinónimo de simplemente no hacer nada y pasar de todo?
– ¿Por qué es obligatorio querer tener vacaciones en verano?
– ¿Por qué no hay anuncios de TV que promuevan “vivir más y mejor” en vez de hablar de “todo el año esperando esa semana de vacaciones”?
Reconozco mi rareza en darle vueltas a estas cosas, pero el otro día hacía estas preguntas a unas amigas cuando íbamos a la playa y les iba contando lo raro que se me hacía ir de viaje sin llevar el ordenador. También reconozco lo bien que me lo paso elucubrando y discutiendo sobre temas como este y en el que se vierten opiniones tan diferentes.
Con el buen rato de conversación y las mil opiniones de cada una, pude evidenciar que muchas veces el binomio deseo-oportunidad no es directamente proporcional.
Porque aunque influyen muchos factores, no me vale eso de tirarlo todo solo a:
– «No es lo mismo que sea tu empresa que estar contratado».
– «Depende de la capacidad económica», o la que más me gusta:
– «Si te gusta mucho trabajar y no puedes dejarlo…» 😂
¿Qué opinas? ¿Es solo cuestión de tu contrato de trabajo y tu bolsillo? ¿O influyen más motivos?
La vida no es de color de rosa, pero cambiar las cosas que dependen de nosotros y no nos gustan sí. Que lo de quejarse está muy bien, pero, como dice mi abuela Flor, el movimiento se demuestra andando.
Es como si un inversor elige un broker porque le da los dividendos. ¿Todo el año invirtiendo amargado, con malas condiciones, solo para que cuando la empresa de turno reparta beneficios, el broker, en su divina misericordia, los meta en tu cuenta?
Por favor. Por – fa – vor.
Ahora, que tampoco me venga el que me prometa un sueldo Nescafé, que los cuentos de hadas están muy bien, pero pretender tener las vacaciones constantes de Cristiano Ronaldo desde el sofá de mi casa es demasiado inútil.
Ya que el otro día les tocó a Carla y María, no podía no hacerte esta reflexión a ti. Si tu conclusión es pensar que soy una abuela, poco moderna o que estoy como una regadera, bien; si te sirve para ver más allá mejor. Los conceptos de ahorro, emprendimiento, inversión, planificación y ambición tuvieron más cabida en esta charla que en cualquier debate parlamentario.
Aunque ahora que lo pienso, no sé si me dijeron que lo plantease en la Newsletter de EPA para ver más opiniones o porque se me estaba quedando sin hielo el mojito…